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Mons. Don José Luis Retana, nuevo obispo de Salamanca

“Vengo a Salamanca a trabajar generosamente y a entregar la vida”

El nuevo obispo de la Diócesis de Salamanca, Mons. José Luis Retana, ha estado arropado por una veintena de obispos y arzobispos, 300 sacerdotes, y más de 1.100 fieles en su inicio de ministerio

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

El toque de campanas de la Catedral y el Gloria anunciaban el momento en el que Mons. José Luis Retana se convertía en el obispo número 96 de la Diócesis de Salamanca tras la repoblación. El nuevo pastor recibió el calor de su pueblo desde que hizo su entrada por la puerta del obispo, donde el primer gesto ha sido besar el Lignum crucis y bendecir a los allí presentes, una vez presentado al cabildo por parte del nuncio apostólico del papa en España, Mons. Bernardito Cleopas Auza.

Tras unos minutos de oración ante el Santísimo Sacramento, en la capilla de la Piedad de Salvador Carmona, el nuevo prelado se fue a revestir a la sacristía. La procesión de entrada iba encabezada por los ministros que portaban el incensario, la cruz y los ciriales, junto al colegio de arciprestes, el consejo episcopal, vicarios generales, el cabildo de la Catedral, el colegio de consultores, una veintena de obispos y arzobispos, y en último lugar, Mons. José Luis Retana; el administrador apostólico, Mons. Carlos López, y el nuncio, Mons. Bernardito Auza.

Desde su entrada al templo, la música sacra ha estado presente gracias a los coros Francisco Salinas y la Schola Cantorum de la Catedral; un quinteto de viento metal, los dos órganos y un cantante solista. En total han sido 13 cantos y varias piezas instrumentales los que se han interpretado.

La alocución de Mons. Carlos López

Después de venerar e incensar el altar, el nuncio realizó el saludo litúrgico. Las primeras palabras para al nuevo obispo han sido las del administrador apostólico de la Diócesis de Salamanca, Mons. Carlos López, pastor durante los últimos 18 años, en su alocución. “El Señor ha querido que seas nuestra Cabeza y Pastor visible en esta porción de su pueblo, que le confiesa y le anuncia con gozo como vida del mundo y luz de las gentes”, apuntó sobre el electo prelado.

Asimismo, aseguró que, en la fraternidad apostólica y misionera, “contigo se realiza, se expresa y se testimonia nuestra identidad como Iglesia de Cristo, que encuentra su razón de ser y su máxima alegría en el testimonio del Evangelio”. Para concluir, apuntó que “por amor a Cristo vienes como pastor. Por amor a Cristo la Iglesia en Salamanca te ama y te acoge. El Señor envía hoy de nuevo a esta iglesia contigo a la misión”.

Y de nuevo, el nuncio apostólico, Mons. Bernardito Auza, se dirigió a los allí presentes, algo más de 1.100 personas, donde agradeció la labor de Mons. Carlos López en la Diócesis de Salamanca, “que fue nombrado por Juan Pablo II, un 9 de enero de 2003, y se cumplen hoy 19 años, muchas gracias don Carlos por su dedicación y entrega”.

El canciller presenta las letras apostólicas al colegio del consultores.

Respecto al nuevo prelado, puntualizó que en su persona quedan unidas las dos diócesis, con la de Ciudad Rodrigo, “pero mantienen íntegra su personalidad jurídica, canónica y sus estructuras eclesiásticas”. El nuncio aseguró que el Señor le confía esta Iglesia local, “para que los dones y conocimientos profundos de esta Iglesia particular pueda llegar a término la tarea de enseñar, santificar, erigir esta diócesis, con los ojos en Cristo, buen pastor.”

Mons. Bernardito Auza cree que es una tarea “unida por el amor, ayudando a que Dios esté más presente en la vida de los fieles, con la oración, la caridad y la gracia del ministerio recibido”. Por otra parte, le recordó que en esta tarea no está solo, “tiene a sus colaboradores del presbiterio”. Y el nuncio le animó vivamente en la responsabilidad primaria del obispo con los sacerdotes y miembros de la diócesis, “unidos entre sí, con el ánimo de conseguir el empeño evangelizador”. En ese sentido, admitió que la tarea que comenzaba era “ilusionante pero ardua”.

Dentro del rito de la toma de posesión, el nuncio indicó que se mostraran las Letras Apostólicas, el documento oficial, firmado por el papa, y que sirve para nombrar a los obispos y arzobispos. En concreto, se trata de una carta personal, dirigida al designado, donde se comunica su elección como titular de la correspondiente sede episcopal vacante.

Este documento se le entregó a un diácono que iba junto al canciller, Jesús Terradillos, y éste mostró las Letras Apostólicas al colegio de consultores y al pueblo, y acto seguido, el nuncio pidió que fueran leídas por el canciller. Al concluir, los fieles aclamaron una acción de gracias.

Toma de posesión de la Cátedra

El momento clave de su toma de posesión fue cuando el nuncio invitó al obispo electo a sentarse en la Cátedra, significando la sucesión apostólica y la continuidad pastoral, tomando posesión de ese modo de la Catedral y de la Diócesis de Salamanca. Y desde ese momento, Mons. José Luis Retana presidió la celebración, concelebrada por más de 300 sacerdotes de diferentes puntos de España, además de la veintena de obispos y arzobispos, dos de ellos cardenales, Mons. Ricardo Blázquez y Mons. Carlos Osoro, arzobispos de Valladolid y Madrid respectivamente.

Una representación de la diócesis, integrada por distintos miembros del anterior consejo pastoral, se acercó a la Cátedra para manifestar obediencia y afecto al nuevo obispo.

Tras la liturgia de la Palabra, el nuevo obispo de la Diócesis de Salamanca pronunció su primera homilía, con momentos de intensa emoción.  Mons. José Luis Retana recordó que celebraba su toma de posesión en la fiesta del Bautismo de Jesús, “con la que se concluye el tiempo litúrgico de la Navidad: tiempo de la luz de Cristo que disipa las tinieblas del mal.” Y recordó que en el Evangelio se ve cómo Juan, “ante la insistencia de Jesús, accedió a bautizarlo”. Al respecto, el nuevo prelado consideraba que “no es un mal espejo la figura de Juan para el comienzo del pontificado del obispo en Salamanca”.

“Servir y entregar la vida para todos”

En este sentido, Retana precisó que el ministerio episcopal consiste también en ser precursor del Señor, “encaminando las personas al encuentro con Jesucristo; transparentar al que vino no a ser servido sino a servir y entregar la vida por todos; retirando nuestro “ego” del centro, pasando al último puesto”.

El obispo reconoció sentirse llamado por el Señor, “y cogido a su mano deseo que derrame su espíritu para saber ofrecer su luz para nuestras cegueras, su libertad para nuestras esclavitudes, sin gritar, sin vocear, sin cascar la caña quebrada y sin apagar el pábilo vacilante”. Mons. José Luis Retana quiere poner el bálsamo del Señor “en todas nuestras heridas” . Y añadió que la humildad y la pobreza, “es la condición necesaria para vivir lo que somos”. También reconocía que viene a Salamanca, “a trabajar generosamente y a entregar la vida”.

Desde la cátedra, el nuevo pastor confirmó que esa tarde daba gracias a Dios que, a través de su Iglesia, “me confía esta hermosa misión de llevar el mensaje de la salvación a nuestro pueblo. Me encomiendo a vuestras oraciones para que me siga manteniendo fiel a la tarea encomendada”.

Y dirigiéndose de forma especial a los diocesanos de Salamanca, “pueblo cristiano al que el Señor me envía como pastor”, recordó que la Iglesia le pide enseñar, “sabiendo que yo debo ser el primer discípulo”. Me pide santificar, sobre todo mediante los sacramentos. Y me pide apacentar el rebaño, gobernar, guiar con la autoridad de Cristo al pueblo que Dios me ha encomendado. Una autoridad que es servicio y que se ejerce en nombre de Jesucristo”, subrayó.

Agradecimiento a su predecesor

Mons. José Luis Retana agradeció de modo muy especial el trabajo, la dedicación y la disponibilidad de su “paisano y amigo” don Carlos López, “que ha guiado esta Iglesia de Salamanca durante los últimos 18 años, y se ha entregado generosamente al servicio a la Iglesia diocesana”.

Asimismo, concretó que la responsabilidad que hoy se le confía “no puedo realizarla yo solo, y deseo contar con todos vosotros”. De modo especial, señaló, “con los sacerdotes, queridos hermanos y estrechos colaboradores en el cuidado del pueblo santo de Dios; valoro y aprecio de veras vuestro trabajo tantas veces silencioso y la fidelidad con que lo lleváis a cabo”.

También adelantó que quiere estar cercano al Seminario y a la P. Juvenil y Universitaria; “poned vuestra juventud al servicio de Dios y de los hermanos; seguir a Cristo implica siempre la audacia de ir contra corriente, pero vale la pena porque es el camino de vuestra propia felicidad”.

El prelado dejó claro que la ruta, “la tenemos marcadas en las propuestas de la Asamblea Diocesana”. y que juntos “intentaremos llevar a la práctica sus sabias orientaciones, intentando volver a las huellas de Jesús, con el deseo de enamorarnos de nuevo de Él, como centro de nuestra vida”. Su compromiso también en una renovación espiritual, pastoral y de las estructuras de nuestra diócesis, “discerniendo sinodalmente lo que el Espíritu dice a nuestra Iglesia en estos momentos de la historia, de modo que sepamos alentar la vida y la esperanza de las personas de nuestra Iglesia diocesana”.

Bajo la protección de los patronos

Antes de finalizar, puso su ministerio pastoral bajo la protección de San Juan de Sahagún y Santa Teresa de Jesús, “patronos de nuestra diócesis y de María, bajo la advocación de la Virgen de la Vega, a quien pedí ardientemente saber acompañaros y quereros como a hijos”.

En la plegaria eucarística fue la primera vez que se mencionó a Mons. José Luis Retana como nuevo obispo. Y al final de la celebración, el nuevo prelado realizó una bendición especial al pueblo, recogida en el ceremonial de los obispos, y a modo de cierre, se cantó el himno a Santa María de la Vega, patrona de Salamanca.

Tras finalizar la eucaristía, que ha sido retransmitida por los canales 7 y 8 de Castilla y León Televisión, así como por el canal de YouTube de la Diócesis de Salamanca, y Radio María, el nuevo pastor ha recorrido las diferentes naves de la Catedral nueva para dar la bendición a todos los presentes.

El prelado ha estado arropado en el templo nuevo por una representación de fieles laicos de las parroquias, movimientos, asociaciones y cofradías; sacerdotes, religiosos y religiosas de toda la diócesis de Salamanca, así como de sus familiares directos, y el pueblo de Dios.

 

—–  DOSSIER DE PRENSA  —– 

Texto e imágenes: Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Salamanca