La catedral es la sede del Obispo, es su Cátedra. En nuestro caso tiene dos templos para celebrar, rezar, admirar, contemplar. El Patrimonio religioso, que hemos recibido, fue concebido originalmente para las celebraciones litúrgicas y la oración. Sigue teniendo la misma finalidad, pero es también un gran recurso catequético y litúrgico.
Tiene también importancia su finalidad turística y en la actualidad, se mantienen las dos ideas en una simbiosis bien armonizada. Así el Cabildo desea que no sea simplemente un recinto turístico, sino también pastoral. El turismo tiene esa dimensión y se pretende dar a conocer la catedral, por medio de visitas guiadas catequeticamente, como la que disfrutaron los miembros de la unidad Pastoral de la Zona Centro de Salamanca en la tarde del pasado domingo.
Fue algo improvisado pero coincide con la idea del Cabido para ofrecerla a todos los grupos que quieran venir a visitar la catedral de una manera más espiritual y catequética.
En este caso y en la oscuridad de la noche, el hilo conductor fue la luz, aprovechando la nueva iluminación de las bóvedas y del Coro del «Templo Nuevo», entendiendo cómo Dios es Luz, Luz que nos invita a rezar ante Él, Luz que ilumina nuestras vidas. De este modo el arte se hace auténtica catequesis que nos ayuda a entender lo que quisieron transmitirnos sus constructores con las obras arquitectónicas, escultóricas, pictóricas y musicales que nos dejaron.